Izquierda a derecha: John Kasich, Chris Christie, Marco Rubio, Donald Trump, Ted Cruz, Ben Carson, Jeb Bush (link del debate) |
No es la primera vez que el establishment (aparato político) de
alguno de los grandes partidos está en contra o muestra cierto recelo con el
candidato elegido por los militantes para concurrir a las elecciones
presidenciales. Existen grandes ejemplos, como el del expresidente Ronald Reagan, fue en su primera
candidatura rechazado por gran parte del establishment republicano (perdió
la nominación contra Gerald Ford), o el expresidente
George Bush padre, que, en su candidatura a la reelección, fue boicoteado por
ciertos líderes, siendo esto, uno de los factores que propiciaron su
derrota electoral contra Bill Clinton en 1992. Y esta vez, parece ser que los
grandes líderes, “las familias” y dirigentes republicanos se han vuelto a
proponer boicotear o, al menos, abandonar, al ya candidato a la presidencia del
partido republicano, Donald Trump.
Donald
Trump ha supuesto un varapalo enorme para el Partido Republicano que esperaba
poder recuperar la Casa Blanca en noviembre de 2016
jugando ciertas cartas como la de del exgobernador de Florida, Jeb Bush o el
del Senador, también de Florida, Marco Rubio. Ambos contaban con el apoyo del
establishment republicano y de los grandes donantes del partido, pero les
faltaba el apoyo de los votantes quienes han mandado a estos dos floridanos al
paredón político. La opción B de los republicanos era el Senador tejano Ted
Cruz, un político no muy querido por los dirigentes pero si más controlado,
pausado y con más posibilidades para vencer a Hillary Clinton (aunque ninguna
encuesta le daba la victoria). Esta opción cayó la semana pasada con la
retirada del Senador.
¿Por
qué ha triunfado la candidatura del magnate? Nos
parece muy difícil entenderlo desde un punto de vista eurocéntrico cómo una
persona con esas ideas y ese discurso puede triunfar de una manera tan importante,
pero hay una razón y que también sirve para describir el triunfo de Sanders: los norteamericanos quieren un cambio.
Al contrario de lo que podemos ver en Europa, en los Estados Unidos existe el concepto de “revolución conservadora”
bien vista por muchísima gente, que
supone un cambio total del sistema político y de valores de la sociedad.
Esta “revolución conservadora” a la cual Trump ha hecho referencia en alguno de
sus mítines la define él con su lema de campaña: “Make America Great Again!”. Para muchas bases conservadoras, la
presidencia de Obama con el pacto con Cuba, el acuerdo con Irán, el fracaso de
las políticas internacionales en el Próximo Oriente o la actual situación en
Libia, el Obamacare o los acuerdos medioambientales secundados por la administración Obama han llevado a
América a una situación de colapso de sus valores tradicionales. Este
suceso ha supuesto una ayuda muy ponderada para Trump, que se suma a la alta
cobertura mediática que ha gozado debido a sus constantes polémicas y la
dispersión y falta de liderazgo fuerte en el partido demócrata.
Las propuestas de Trump en inmigración,
sanidad, economía (proteccionismo) y política exterior son muy similares a las
que proponían Marco Rubio (miembro del Tea Party y considerado uno de los 10
Senadores más conservadores) o Ted Cruz. Entonces, ¿por qué el establishment republicano lo boicotea y lo veta? Debido
a su “ir por libre”, sin contar con el partido ni tener en cuenta las
decisiones tomadas. Hay tres factores que provocan el rechazo casi unánime:
- Su discurso reaccionario y directo está causando que en los estados más moderados y que no son de voto fijo se muevan hacia el lado de los demócratas y dando un gran margen a Hillary Clinton para poder ganar la presidencia el 8 de noviembre.
- En las elecciones de noviembre también se elige a 1/3 de Senadores, todos los Congresistas, algunos gobernadores y alcaldes, el discurso de Donald Trump está suponiendo que aquellos republicanos más moderados o considerados del ala izquierda del partido, estén perdiendo apoyos a favor de los demócratas y podría provocar, según la última encuesta de la CNN, que los demócratas recuperaran el control del Senado y estar cerca de conseguirlo en la Cámara de Representantes.
- Aunque en los Estados Unidos no existe una estructura de partido que controla a sus miembros ni sus decisiones, el establishment republicano se ha visto obligado a actuar al ver como Trump estaba ganando cada vez más terreno. Han visto como el multimillonario pasaba de estar en el puesto 10 de las encuestas hace 1 año a ser ahora el candidato, un candidato completamente incontrolable, que no tiene en cuenta las decisiones del partido y que no está consiguiendo unir a los republicanos (como representa que tiene que hacer un candidato a la presidencia).
¿Cual
está siendo la reacción de la mayoría de los altos cargos republicanos?
De rechazo, boicot y abandono. La
familia Bush (los dos expresidentes y el exgobernador), el Senador Lindsey
Graham, el exsecretario de Energía Spencer Abraham
y otros 30 altos cargos han anunciado que no votarán a Donald Trump en
noviembre, otros como Carly Fiorina, excandidata y excandidata a la
vicepresidencia con Cruz, el mismo Ted Cruz, Marco Rubio, John Kasick, el líder
de los republicanos en la Cámara de Representantes Paul Ryan, el líder de los
republicanos en el Senado Mitch McConnell o el Gobernador Mike Pence han
anunciado que no le apoyarán y que decidirán en última instancia si lo votan o
no.
Este abandono por parte de altos cargos
supone para Trump un golpe a la hora de hacer campaña pero le refuerza su
mensaje en que es un candidato totalmente independiente y libre que puede
actuar sin órdenes de nadie.
El líder republicano en la Camara de Representantes, Paul Ryan, anuncia que no esta listo para apoyar a Donald Trump
El Senador Lindsey Graham anuncia que no votara por Donald Trump
El ex gobernador Jeb Bush anuncia en un comunicado de prensa que no votará a Donald Trump
Será interesante ver a quien elige Donald
Trump para su candidato a la vicepresidencia. Tradicionalmente, cuando un candidato es tan independiente, se elige a
alguien de partido, quien esté apoyado por las bases y el establishment y goce
de la simpatía general, pero, viendo la campaña de Donald Trump, no tiene
por qué ser así. Todo apunta a que será
el excongresista y antiguo Presidente de la Cámara de Representantes, Newt
Gingrich aunque también suenan nombres como el de la exgobernadora de Alaska
Sarah Palin, la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice o el ex precandidato
republicano y medico Ben Carson.
La polémica ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, anuncia su apoyo a Donald Trump
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